El calvario de Octavi, el niño que buscaba la prótesis perfecta
Octavi es un niño de nueve años de Avinyonet del Penedès (Alt Penedès) que nació con una aplasia de tibia, lo que significa que le faltaban los huesos que conectan la tibia con el tobillo. Cuando cumplió los dos años y medio, aconsejado por los médicos, le amputaron el pie. Desde entonces, Octavi y sus padres han vivido un auténtico calvario para encontrar una prótesis que se adaptara bien. Pero, tal como dice su madre, Anna Bonet, «unos ángeles se cruzaron en nuestras vidas y hoy mi hijo es un niño que hace vida normal». Pero la odisea aún no ha terminado.
Octavi debe cambiarse la prótesis, como mínimo, una vez al año, lo que significa un gasto de 12.000 euros anuales. Para hacer frente a estos pagos, los padres de Octavi decidieron hacer un cuento, con dos objetivos principales: dar a conocer el calvario de la familia y recaudar fondos para poder pagar las prótesis. Mañana, a partir de las diez, la escuela del Serrallo recibirá a Octavi y a su familia, que presentaran el libro, entre una gran fiesta que hay preparada.
La historia empezó hace nueve años, cuando Anna Bonet dio a luz a su hijo mayor, Octavi. «En la sala del parto hubo un gran silencio. Pregunté si pasaba algo, pero me dijeron que todo estaba bien. No era verdad. Mi hijo, para que se entienda, tenía unas piernas que recordaban a las de las ranas», asegura la madre de Octavi. A los dos años y medio le amputaron el pie y, «desde el minuto cero, la prótesis daba problemas. Le dolía, se cansaba y se la quitaba. Pasó por más de cinco prótesis diferentes», cuenta la madre, quien añade que «cuando Octavi cumplió los ocho años estaba emocionalmente destruido. Nos pidió una silla de ruedas o iría de rodillas, no podía más».
Fue entonces cuando, en una exposición recomendada por uno de sus «ángeles», los padres de Octavi vieron un reportaje de una modelo que llevaba prótesis en las dos piernas y andaba en tacones. «Siguiendo los pasos de la modelo, viajamos hasta Inglaterra y allí le hicieron la prótesis definitiva. Sabía que si no iba bien, perdería a mi hijo», comenta Bonet. Desde entonces, Octavi vuelve a vivir. Actualmente, practica baloncesto, fútbol y hándbol. «Ya sabemos qué prótesis le van bien, ahora falta poder hacer frente al gasto», explica Bonet. Los padres del pequeño decidieron crear un cuento infantil, El Pirata Octavi, que cuenta la historia de superación del pequeño y, de paso, se recauda dinero para poder pagar las prótesis, hasta que Octavi pare de crecer. «Calculamos que todas las que llevará a lo largo de la adolescencia costarán un total de 300.000 euros», explica la madre.
Fuente: Diari de Tarragona.