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Martes, 05 Noviembre 2024

Incineración más que entierro, qué se hace con los miembros amputados en Burgos

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Aythami Pérez Miguel

Viernes, 1 de noviembre 2024, 09:42

El Reglamento de Policía Sanidad Mortuoria es claro, el destino final de todo cadáver será uno de los siguientes: enterramiento en lugar autorizado, incineración o inmersión en alta mar. El destino final de los miembros amputados es el mismo: enterramiento, incineración o inmersión en alta mar. Así lo marca esta ley y lo especifica claramente para esos restos humanos procedentes de amputaciones, mutilaciones u operaciones.

Azucena Crespo Santamaría es administrativa del Cementerio Municipal San José de Burgos, explica que antes sí se enterraban más miembros amputados, ahora la gente suele optar por la incineración. Eso sí, siempre que los médicos no consideren que hay posibles riesgos de contagio, en ese caso, debe ponerlo en conocimiento de la Jefatura Provincial de Sanidad. Ahí ya no es el paciente el que elige qué hacer con sus restos, ahí la decisión la toma esta autoridad.

 

Un llamamiento curioso en 2022

En el año 2022 un anuncio del Boletín Oficial del País Vasco hacía un llamamiento al dueño de una pierna amputada. Se le pedía que pasara por el Hospital Comarcal del Bidasoa de Osakidetza para recoger una pierna amputada. Este miembro no había sido reclamado por el paciente. Se daba a este a o sus personas allegadas un plazo de diez días para cumplir con el requerimiento.

El tratamiento de los miembros amputados está claro, deben ser tratados como un cadáver, aunque también depende del tamaño de este resto humano. Pero hagamos un poco de repaso hasta llegar a la actualidad, donde se debe abonar una tasa de 94,63 euros por inhumar en el cementerio de Burgos restos humanos procedentes de operaciones.

Miembros enterrados en Burgos

En el cementerio de Burgos hay miembros amputados enterrados, pero no se puede saber a simple vista dónde están. Eso sí, en el registro del camposanto han quedado reflejados estos enterramientos de restos humanos. «El cementerio siempre se ha hecho cargo de esos miembros. Antes, hace muchos años, estos restos se enterraban en los huecos entre patios, que no estaban urbanizados como ahora. No había simetría. Así que se enterraban esos huecos o surcos», explica Crespo Santamaría, la administrativa del cementerio. «A esos huecos iban a parar también determinadas vísceras», puntualiza.

Pasados los años esto irá cambiando. Seguirá así hasta los años 80 cuando se reestructura el cementerio, se comienza a urbanizar y se enterraban en una sepultura en un patio. «Tenemos anotadas las ubicaciones de donde se enterraban estos restos. Todo está anotado, al igual que los espacios donde se inhuman las personas sin recursos», explica.

Comienzan las incineraciones

En 2011 el cementerio de Burgos comenzó a incinerar estos restos. Pero la ley sigue marcando que todo cementerio municipal debe tener un sector destinado al enterramiento de los restos humanos procedentes de intervenciones quirúrgicas y mutilaciones. Aunque ahora, como señala Crespo Santamaría, los burgaleses opten por incinerar estos miembros.

Y desde hace unos seis o siete año es el Hospital Universitario de Burgos el que se encarga de gestionarlo mediante un convenio de colaboración, «ahora intervenimos menos en estos casos», explica Azucena.

Es decir, si te amputan una extremidad te tienes que hacer cargo de ella, pero no tienes que llevártela o pasar a recogerla, es una funeraria la que debe encargase de ello, como si fuera un cadáver.

El tamaño y las funerarias

Y, en el caso de los miembros amputados, el tamaño importa. Si es algún resto pequeño, muy pequeño, que no supone riesgo sanitario, el hospital lo incinera. Pero si es una extremidad más grande, el paciente puede decidir que el hospital se deshaga de ella, incinerándola, y este ni ve el resto. Pero también puede optar por incinerar o enterrarlo por su cuenta, así que, deberá contratar los servicios de una funeraria. Pero no para enterrarlos en el jardín, por ejemplo. Solo se pueden enterrar en estos espacios que deben tener los cementerios.

Los honorarios de una funeraria por hacerse cargo de estos miembros, llamados restos anatómicos, oscilan entre los 500 y los 1.500 euros por todo el servicio.

Restos de asuntos judiciales

«Ahora intervenimos menos en estos temas, pero seguimos recepcionando y guardando los restos humanos de asuntos judiciales», explica esta administrativa del cementerio. Deben guardarlos y conservarlos de tal forma que, en caso de que se necesiten exhumar por orden judicial, sepan dónde está enterrado. En estos casos, por ejemplo, hay mandatos de no incineración hasta que se cierre el proceso judicial.

Recuerda un caso especialmente macabro, «un perro se comió a su dueño casi entero, desconocemos los motivos. No sabemos si el hombre murió y el animal acabó comiéndoselo o si atacó el animal, eso nosotros no lo sabemos ni nos lo dicen. La orden que nos dan es que esos restos se deben enterrar, no incinerar por si en un momento específico hay que exhumarlos por razones de la investigación», aclara.

FUENTE: BURGOS CONECTA


 
 

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